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Mampostería en revestimientos, aprovecha el máximo tus materiales
Dentro del modelo de construcción tradicional, la mampostería supone una referencia en la edificación de muros. En la actualidad, para unir las piezas se utiliza generalmente una argamasa o mortero de cemento o cal y arena con la adición de una cantidad conveniente de igual.
Antiguamente se utilizaba también el barro, al cual se le añadían otros elementos naturales como paja y en algunas zonas rurales excrementos de vaca o caballo.
Aunque son numerosos los materiales de los que pueden extraerse unidades para este tipo de construcciones, la piedra es la que tradicionalmente viene ejerciendo primacía por las ventajas de calidad, resistencia y durabilidad que ofrece.
TIPOS DE MAMPOSTERIA:
Mampostería en seco
En este tipo de mampostería no se emplea ningún mortero. Hay que escoger los mampuestos uno a uno para que el conjunto tenga estabilidad. Se emplean piedras pequeñas, llamados ripios, para acuñar los mampuestos y rellenar los huecos entre éstos.
Mampostería ordinaria
Se ejecuta con un mortero de cal o cemento. Las piedras deben adaptarse unas a otras lo más posible para dejar el menor porcentaje de huecos relleno de mortero. Únicamente se admitirá que aparezca el ripio al exterior si la fábrica se va a revocar posteriormente.
Mampostería careada
Es la fábrica de mampostería cuyos mampuestos se han labrado únicamente en la cara destinada a formar el paramento exterior. Los mampuestos no tienen formas ni dimensiones determinadas. En el interior de los muros pueden emplearse ripios pero no en el paramento visto.
Mampostería concertada
Fábrica de mampostería cuyos mampuestos tienen sus caras de junta y de parámetro labradas en formas poligonales, más o menos regulares, para que el asiento de los mampuestos se realice sobre caras sensiblemente planas.
No se admite el empleo de ripios y los mampuestos del paramento exterior deben prepararse de modo que las caras visibles tengan forma poligonal y rellenan el hueco que dejan los mampuestos contiguos. Debe evitarse la concurrencia de cuatro aristas de mampuestos en un mismo vértice.
¿Por qué elegir la piedra frente a otro tipo de material?
Los revestimientos con piedra aportan una gran durabilidad gracias a su dureza, aunque es preciso extremar el procedimiento si se pretende alcanzar una eficacia de buen nivel. Así, tanto materiales como mano de obra y patrones de colocación influyen de manera directa. En este sentido, las ventajas se suceden. En primer lugar, las piedras proporcionan una gran resistencia a la compresión. Además de esto, el procedimiento ofrecido está pensado para que durante su ciclo vital pueda someterse a diversas circunstancias adversas. Ejemplo de ello es la resistencia que mantiene ante todo tipo de cargas, fuerzas cortantes o empujes motivados por la inercia, aire, agua y tierra.
Por otro lado, el empleo de este material favorece el incremento de la inercia térmica, aportando de esta forma un equilibrio de temperatura contra el calor del verano y el frío del invierno.
Otra ventaja importante es la falta de mantenimiento que requiere frente a muchos otros materiales que requieren continuas reparaciones o laborares de mantenimiento.
Por último hay que destacar también su diseño que permite adaptarse a múltiples estilos permitiendo crear diseños adaptados a todos los gustos y lo que es más importante crear diseños únicos gracias a sus múltiples variedades y combinaciones.